miércoles, 14 de febrero de 2007

Con el permiso del poeta

Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros
bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente sólo.

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

Vicente Aleixandre
.... te quiero

5 comentarios:

Musician & other handcrafts dijo...

El duende... ¿Dónde está el duende? Por el arco vacío entra un aire mental que sopla con insistencia sobre las cabezas de los muertos, en busca de nuevos paisajes y acentos ignorados: un aire con olor de saliva de niño, de hierba machacada y velo de medusa que anuncia el constante bautizo de las cosas recién creadas.

Federico García Lorca

...tienes el permiso, creo...

(Por si quieres leer el resto: http://www.tinet.org/~picl/libros/glorca/gl001202.htm)

Una pizca de sol dijo...

Si creyera en el protocolo sólo cabría plegar las rodillas, una genuflexión ante el verbo y el hombre. Gracias a el por hacer de una conferencia una revelación; gracias a ti por acercarme verso y beso.

Anónimo dijo...

Me gustó mucho verte este fin de semana. Sobre todo el domingo cuando llegaste rota de sueño y lunas.
Quiero conocer mejor a la "niña que está en su punto". ¿Será posible?

Una pizca de sol dijo...

A la Querida Elena:
No me conozco del todo, pero lo poco que se de mi lo tienes aquí, ahora también sabes cómo entrar... De una dama a otra dama, gracias y bienvenida

Anónimo dijo...

...tengo tantas tantas ganas de verte, tantas...