domingo, 17 de diciembre de 2006

Contrabajo

De vuelta, aun me vibran las vértebras con la crin de ese arco. Bucéfalo de madera, ni siquiera he reparado en que no entiendo de zarzuela. En la esquina del salón sonaba el arpa pero en este auditorio lleno de oídos me ha desnucado "El Barberillo de Lavapiés" después de segarme con la cuchilla más delicada...
A menudo, si nadie mira, salgo a bailar al escenario, un quiebro aquí, reverencia, agarrada cheek to cheek al aliento de la cuerda...

1 comentario:

Musician & other handcrafts dijo...

Las cuerdas nos darán la razón. Y yo a ti siempre (que la tengas).

Me acuerdo de tus manos, serían ideales sobre los dientes del piano.

Pronto nos veremos, pronto...